Cuando realicé la primera Lista De Bob, comprobé de inmediato que la capacidad de posibilidades que ofrece una plataforma como Spotify es mucho más amplia de lo que nos pareciera a simple vista. Reconozco que antes de esa compilación era muy poco el uso que le daba, porque soy de los que se mantienen fieles y cómodos con las manías e historias que cargan los cientos de gigabytes de las bibliotecas personales. Por lo demás, la simpleza del Winamp con su piel clásica me sigue dando todo lo que necesito, pero entendía que debía ponerme al corriente con los formatos en que los músicos están haciendo valer su condición de independientes, ya que cada vez es menor la opción de la libre descarga y dentro de todo termina siendo práctico eso de no actualizar la música del reproductor, sino que acceder a una disquería universal a través de una aplicación. Hice mi primer intento armando una selección de las que me parecieron estar entre las mejores canciones de cada producción de rap chileno publicado por esa plataforma en el año 2016 y los resultados fueron bastante positivos. Personalmente descubrí muchos artistas y proyectos interesantes, y en general fueron de esa naturaleza los comentarios recibidos por parte de los oyentes y también artistas. No había diferencias entre consagrados y emergentes, sino que todos se alineaban en una misma categoría: rap chileno. Sin embargo, dentro de los aspectos más objetivos de dicha experiencia, destaqué la hiperconectividad que está tomando un género como el rap entre sus exponentes de distintos países, ejemplo concreto de cómo la efervescencia y autonomía de esta suerte de industria musical a aproximado y unificado las naciones e incluso continentes. El rap en Latinoamérica está procesando el que probablemente sea el momento más trascendente en su historia y no podemos mantenernos indiferentes a un fenómeno que se está viviendo en cada barrio de cada ciudad. En mi caso, últimamente sólo me interesa escuchar el rap que se hace en mi idioma y que habla de problemáticas que me identifican más que los fastuosos vídeo clips de las revelaciones del hype norteamericano, por lo que desde un principio comprendí que debería resumirse a través de una iniciativa a similar lo que está ocurriendo en el continente, sólo que creo que para hablar de lo que está ocurriendo en los distintos países de habla hispana, hay que estar pendiente mucho más allá de lo primero que nos llega, y así no aportar con otro playlist más que destaque sólo a los más reproducidos y visibles de cada zona, como suele ser con las listas oficiales que presenta la plataforma. Entender que si en Perú existen gigantes como Norick de Rapper School, también existen propuestas más incipientes como el grupo Versodia que tiene mucho por entregarnos y desde ya se les debe tener en el entrecejo, o que si en Colombia desde la colectividad y fortaleza de Moebiuz Estudio se están marcando las nuevas pautas con nombres como los de Crudo Means Raw, Doble Porción o Granuja; proyectos como los de Nhardem, Frank Jhonson & Al Baro y Sr Pablo tienen igual y necesaria presencia desde sus propias veredas. Otros como Urbanse se desmarcan de su natal Argentina para compartir realidades y vínculos con hermanos musicales provenientes de países como Colombia y Chile, así como lo hace la uruguaya Eli Almic congregando a Perú, Argentina y Chile en un mismo contexto para hablarnos desde nuestra identidad en su primer LP. En Venezuela, desde el increíble colectivo YoYo Dojo, Lil Supa valida sus créditos para con propiedad autodenominarse la voz del continente con un discazo como Serio, pero perfectamente podrían tener cabida en este recopilatorio coterráneos suyos como el joven Faymter o los expertos de Crudos Levels si hubiesen escogido Spotify para publicar sus recientes trabajos. Mientras que desde España, origen común para cualquier oyente de rap en nuestro idioma, se acomodan en formatos independientes y sorprenden producciones de viejas y nuevas voces, como Juaninacka, Erick Hervé o el prometedor Juli Giuliani. La nueva generación deslumbra con nombres como los del argentino Acrú y el chileno Nfx, escuela fresca que llegó para dar clases de cómo hacer bien la labor. Así está el rap latino, reactivo y prolifero, casi imposible de reseñarlo título por título para un bloguero como yo, pero al menos puedo quedarme con el intento de resumirlo y compartirlo a través de esta nueva playlist que reúne lo que me parece más destacable de este período, y que desde luego seguirá creciendo y nutriéndose con lo que seguirá publicándose desde todos los rincones en lo que queda de año. Espero que la disfruten tanto como yo lo hice escuchando cada disco.