Al final de todo sólo el rap va a seguir aquí: Menesed presenta "Praxis".

Al final de todo sólo el rap va a seguir aquí: Menesed presenta "Praxis".

Ya, pero, ¿dónde está la esencia?

De un tiempo a esta parte, yo diría que los últimos dos años para ser más exactos, han sido numerosas las propuestas reivindicadoras de la llamada era dorada del rap. Hay algunas muy buenas, otras que son genuinas, pero también hay las que simplemente están siguiendo la corriente de turno, porque el debate hoy en día está tan básico que, prácticamente, si no “evolucionaste” en la experimentación del trap, entonces eres un purista enchapado a lo clásico que quiere revivir los noventas aún cuando hayas nacido el 31 de diciembre de 1999. Queda la impresión de que el rapero siempre necesitará atrincherarse en una postura rígida, tal y como lo fue hace no tantos años el dilema de rap consciente versus rap hardcore, otros más antiguos y absurdos como las diferencias entre zona norte y zona sur de Santiago, o los raperos underground cuando le tiraban a los raperos comerciales, y más recientemente el debate virtual entre la “vieja nueva escuela” en contra de la “nueva nueva escuela”, donde los argumentos no buscan más que la autoafirmación del ego, algo al parecer necesario para sentirse validados como individuos, muy lejos por lo que entiendo de la entretenida variedad y matices que ofrece un movimiento de origen multicultural y construcción colectiva como lo es el Hip Hop. Cada día me hace más sentido aquella buena respuesta que me dio en una entrevista del año 2013 el que a mi gusto es el mejor y más consecuente exponente del boom bap en Chile, Sqb de RawCorp: “Salió Movimiento Original y setecientos grupos como ellos. Vino la revolución con Salvaje Decibel y los demás, ochocientos Salvajes Decibeles. Después salió Bubaseta, se metieron a la lavadora los mismos que eran Movimientos Originales y ahora son Bubasetas. Entonces, es una cuestión ridícula, porque al final esos locos (nuevos exponentes) andan persiguiendo al que está de moda. No me extrañaría que si a nosotros nos fuera bien aparecerían puros guatones chicos hablando de que el Hip Hop, el freestyle, que el boom bap y todo lo que hablamos”. La verdad bien dicha siempre es cruda. Por lo demás, no creo que RawCorp haya sido un grupo de llegada tan masiva como los señalados en la respuesta de Sqb, pero su irrupción en el circuito coincidió con lo que estaban haciendo distintos referentes, algunos sobrevivientes y otros influenciados, pero de algún modo relacionados con las viejas escuelas de varios de los países del continente. Fue como el cubano Rxnde Akozta, por decir un ejemplo, se encargó de devolvernos aquella esencia que se creía pérdida con sus discos y mixtapes publicados durante la última década, inspirando de paso a nuevas generaciones y reforzando las convicciones de otras no tan nuevas. Otro de los ejemplos más innegables es el legado que el venezolano Lil Supa ha dejado por el continente. Fruto maduro de la influencia que le significaron algunas de las generaciones más añosas del rap en Venezuela, entre ellos Afromak y Dann Niggaz, logró salir de las fronteras nacionales para hacer fuerza con los que estaban en la misma que él, rescatando el concepto real de la esencia noventera para traerlo a los tiempos modernos, no siendo necesariamente el sonido aquel factor común, sino más bien la actitud y consecuencia. No es casualidad que por aquellos años haya venido por primera vez a Chile para estrechar vínculos con la gente de RawCorp, compartiendo la creación de un tema para su disco hecho en familia, conociéndose en sus barrios, sin ninguna conexión virtual de por medio. Sí, tal y como era en los noventas.

Me parece fantástico lo que se ha logrado con esta nueva ola de raperos que defienden o promueven una influencia más estricta, porque de eso se han cosechado trabajos finísimos, que parecen sacados de otra época, pero habiendo sido hechos y publicados con la autonomía, calidad y facilidades que ofrece esta era, aunque creo que es una tendencia que terminará más temprano que tarde por viciarse, precisamente por haberse convertido en tendencia. Si bien la mayor crítica desde los sectores más veteranos de esta cultura hacia los más noveles siempre fue la falta de interés por conectarse con los orígenes o raíces del Hip Hop, podemos decir que hoy en día no existe un abismo tan grande en ese sentido. El “knowledge” que le llaman, que en realidad sería menos siútico si le llamáramos conocimiento a secas, también pasó a ser una tendencia común, y es que en el fondo hoy más que nunca está todo a la mano, porque no se necesitan 25 años de calle para aprender del Hip Hop a través de mitos urbanos, pues paradójicamente la info hoy en día la encuentras en documentales o series de Netflix y hasta en doodles de Google, y de esa nueva realidad no se escapa ni hasta el más dogmatico dinosaurio ni orgulloso educador popular. Reconozco que después de un tiempo todo ese conocimiento expresado en rimas empezó a fastidiarme un poco, pues me encontré con discos de raperos que no me hablaban de otra cosa más que de rap en sus letras, y es algo que no ocurrió sólo en Chile, sino que es un fenómeno que ocurrió y ocurre de igual forma en países como Argentina, Colombia, España o Venezuela. Muchas propuestas terminaban citando al lugar común al sacarse sus ganas de hacer un disco con atmosfera noventera, pero que en sustancia y contenido no tenía otra cosa que referencias de los noventas. Y está bien, es un homenaje, pero también hay un dejo de presunción al decir: mírenme, soy real, reconózcanme los reales, me sé la historia. Son discos que después de escucharlos de principio a fin no te dejan otra sensación más que la de un niño pavoneando que hizo su tarea o que completó su álbum de láminas, ya que sobre los emcees que lo firman es muy poco lo que se puede decir realmente, pues en sus discos sólo disertan sobre la historia del rap, pero ningún alcance a las ideas o experiencias propias. Finalmente se están pisando las huellas de otros en lugar de marcar las propias.

Tengo muy claro que no se puede generalizar, porque no todos caben en el mismo saco. Reitero que hay propuestas que están muy bien hechas, otras que son genuinas, y otras donde pareciera más importante representar bien el “loulaif” con la riñonera (banano) cruzada entre inmaculadas prendas Tommy Hilfiger, Polo o Ralph Lauren, en esos originales vídeos con filtro VHS para sentirse perteneciente a un segmento más bien nostálgico, pero que no forma parte de ningún presente, y que, tristemente, tampoco tuvo su propio pasado. Aunque, claro, puede avalarte lo que viste en el documental “Fresh Dressed” si es que te sientes aludido por alguna de las impresiones que escribí en esta introducción, total, el conocimiento hoy más que nunca está de tu lado, pero yo, por mi parte, quería sacar al baile aquella profecía de Sqb al ver actualmente tanto real hiphoppa hablar de freestyle, boom bap y noventas en sus producciones, pero con la interrogante más nítida que nunca: ¿Dónde está la esencia?

 Aquí vamos

Debí tener por mucho tiempo esas ideas haciendo ejercicio en la cabeza, porque siento que fluyeron apenas vieron un punto de escape, cuando lo que realmente quería era escribir una introducción al disco que traigo para mostrarles. Pero que me haya ido por esas ramas no me desvía mucho del contexto original. Sucede que recibí un correo de Sebastián Meneses. Menesed se hace llamar. Él es un emcee y productor oriundo de Buin, que con 27 años acaba de publicar el que define como el trabajo más serio de su trayectoria. Se trata de Praxis, un EP de siete cortes producidos por Bignoise y Desco, en los que Menesed se explaya con holgura en rapeos que son sugestivos de principio a fin. En estricto rigor, creo que un verdadero emcee es quien por sí solo logra capturar atenciones si es que está comunicando algo. Es una capacidad innata, que fácilmente queda en evidencia cuando se intenta poseer o forzar. En este caso, Menesed logra ser foco de nuestra atención sin más compañía que un par de scratches bien puestos por Bin Nahuel y NewtoneStayla, lo que me habla de esa cualidad fundamental al momento de llamarte emcee. En resumen, Praxis reúne varios aspectos que lo hacen un disco entretenido de descubrir en sus justos y suficientes treinta minutos de duración. Claro que al escuchar el primer track, “Here we go”, supe de inmediato que estaba nuevamente frente a otra entrega corte nineties, entonces, antes de arrojar algún prejuicio irresponsable, había que escucharla en su totalidad para descubrir qué nos dejaba al final los textos y skills de Menesed.

Sebastián Meneses presenta un EP de franca naturaleza noventera: autobiográfico, cargado de historias, reminiscencias, vivencias, actitud, y sí, también con múltiples referencias a la época que se despliegan de sus escritos, flows y producción en sí, pero felizmente no de la manera más obvia o literal, sino que las influencias hablan por sí solas mientras el emcee se ocupa de hacer su rap. Praxis es un disco que representa fielmente quién es Menesed en el 2017, por lo que el autor termina siendo el único protagonista de su acto, quedando el formato o el estilo como un simple recurso que nos hace más digerible o atractivo el resultado en sí. En consecuencia, el autor no ofrece otra cosa más que contarnos una historia, la propia, convenciéndonos como rapero nada más que con las habilidades y técnicas que ha desarrollado en sus años de actividad como productor y liricista. Es cierto que no se libra del todo de ciertos clichés, sobre todo en las formas de presentar su producción, pero son tributos o referencia que por siempre se han encontrado y se seguirán encontrando en cualquier tipo de lanzamiento relacionado, nada que nos descontextualice de la intención original de la obra, que es abiertamente entrar en las listas de ofertas para los oyentes, seguro y confiado de lo aprendido anteriormente con los discos Pal Oyente (2010, junto a su ex grupo TMClacru) y su debut en solitario con Skillz (2011). Así es como con su tercer álbum viene literalmente a poner en práctica sus convicciones y mantener la esencia que absorbió de las instrucciones de su hermano mayor, Mezok (de Diakologikosss), cuando éste lo introdujo al mundo del Hip Hop. He ahí su lugar de origen: “Esta mierda no fue una religión, para mí no nació en el Bronx, nació en batallas en la línea de la estación”.

MENESEDPRAXIS EP / DISPONIBLE EN  SOUNDCLOUD | YOUTUBE
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Praxis de Menesed fue grabado, mezclado y masterizado por Bignoise, quien además produjo cuatro de las siete instrumentales de la obra. Dos de ellas fueron realizadas por Desco (de Concepto Serio Records), mientras que la séptima instrumental corresponde al track “Survival of the Fittest” de los newyorkinos Mobb Deep, encontrándose en el sonido de la costa este la principal influencia en la estructura musical de Praxis, mientras que en lo lírico se asoman guiños de algunos exponentes y momentos de la escena española, como también de algunos de los actuales referentes del rap latino. Menesed cumple con aportar su cuota, sumándose a un catalogo de ideologías comunes que se hace cada día más nutrido, del cual se me vienen a la cabeza nombres como los de B’Diggaz, Rick Santino o Crenshett, entre varios que se incorporan. Rap adulto que reconoce y homenajea su escuela con prudencia y sabiduría, porque al final de todo se trata de eso: adquirir las enseñanzas para saber aplicarlas y no solamente hacer alarde de ellas, o como dice Menesed: “Al final de todo sólo el rap va a seguir aquí”. 

Por Darío Gutiérrez O. (a.k.a. Güissario Patiño).

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